¿Te sientes o has sentido una persona exitosa alguna vez? ¿Cuántos éxitos has conseguido a lo largo de tus años de vida? ¿Cuántos has celebrado?
La RAE define el éxito como:
- El resultado feliz de un negocio, actuación, etc.
- La buena aceptación que tiene alguien o algo.
Según el primer significado, el éxito estaría vinculado a un resultado feliz, esto es, deseado por nosotros.
Si nos centramos en ese resultado “feliz” no debería haber más problemas para identificar cuándo hemos obtenido el éxito, siempre y cuando establezcamos indicadores que nos digan en qué momento ese resultado es feliz para nosotros. ¿Estás de acuerdo?
Pues es curioso que algo tan obvio, no sea la práctica común y sigamos abrazando definiciones generales, que no nos permiten saber cuándo conseguimos lo que nos proponemos, incluso nos hacen perder el foco de lo que necesitamos o queremos conseguir.
Por ejemplo, si nos decimos que tendremos éxito cuando ganemos mucho dinero, pero no especificamos la cantidad exacta que para cada uno de nosotros es “mucho dinero”, es posible que nos pasemos la vida trabajando duro con la sensación de nunca llegar a conseguir ese éxito.
Si nos decimos que tendremos éxito cuando encontremos un buen trabajo, igual que en el caso anterior, deberíamos identificar qué es para nosotros un buen trabajo. Qué características debería tener un trabajo para que sea considerado un éxito cuando lo encontremos.
Conozco muchas personas que, creciendo en sus negocios y empresas, dicen sentir no tener éxito. Cuando les pregunto qué necesitan para conseguirlo, en muchos casos no saben qué responder y en otros responden de un modo vago, sin especificar exactamente qué necesitan o tendría que ocurrir para lograrlo.
Si no identificamos qué significa hoy el éxito en términos de consecución de objetivos, no identificaremos cuándo lo conseguimos. No habrá nunca nada que celebrar.
Si vamos a la segunda definición, la cosa se complica aún más porque no va de como tú te ves y sí de cómo te ven los demás. El segundo significado habla de la aceptación que tiene algo o alguien, y esta es sin duda subjetiva porque tiene que ver con la percepción y valores de cada uno de nosotros.
Por eso, si nos piden que mencionemos a gente exitosa o gente con éxito, a muchos de nosotros se nos puede venir a la cabeza grandes profesionales con empresas, status social, dinero y posesiones. A otros, en cambio, se nos puede venir a la cabeza personas que viven su vida sin ataduras y apegos a bienes materiales. A otros, personas que llevan una vida equilibrada con ellos mismos, sus trabajos, familia y amigos. Y así podría continuar hasta enunciar lo que cada uno de nosotros y de manera singular tenemos en nuestras cabezas al respecto de la creencia de lo que es el éxito.
Por lo tanto, esa aceptación y reconocimiento solo lo vamos a obtener de personas que compartan nuestras creencias, valores, modos de ver la vida y triunfar en ella.
Nos encontramos ante un concepto totalmente subjetivo y que además no sólo dependerá de cada persona, también de su contexto, sus vivencias, experiencias, necesidades, evolución y consciencia.
Si valoro una vida con posesiones y dinero, el éxito estará detrás de las personas que lo han conseguido. Si valoro una vida sencilla y la libertad de moverme sin ataduras a posesiones, el éxito estará detrás de las personas que vivan de este modo y así lo reconoceré. Y de igual modo que yo reconozco, a mí me reconocerán como una persona exitosa.
Así, podemos decir que nos encontramos ante un concepto totalmente subjetivo y que además no solo dependerá de cada persona, también de su contexto, sus vivencias, experiencias, necesidades, evolución y consciencia.
Si en los inicios de mi carrera profesional me hubiesen preguntado qué es el éxito para mí, nada tendría que ver con lo que para mí es el éxito hoy. Es muy probable que no hubiese llegado al concepto que hoy tengo si no hubiese vivido ciertas experiencias. Y tan importante como vivir esas experiencias, lo fue pararme y atreverme a cambiar el rumbo cuando sentí que el camino en el que estaba ya no me motivaba. Solo atreverme a dar ese giro ya fue un éxito para mí.
¿Tiene sentido entonces pensar que nuestro concepto de éxito se transforma del mismo modo que nosotros nos trasformamos?
Si el éxito se concibe como el logro de nuestros objetivos, si nuestros objetivos se dan la mano con nuestras necesidades en cada uno de nuestros momentos vitales, y éstas evolucionan del mismo modo que nosotros evolucionamos como seres humanos, podríamos también decir que el éxito no solo es subjetivo, sino que su percepción en una misma persona puede variar y cambiar con el transcurso de la vida.
Puede ocurrir que todo lo que hoy valoras como éxito, mañana desaparezca y aparezcan otras necesidades, otros retos con otros valores. También puede ocurrir que eso que hoy ves como un éxito, tenga un precio demasiado alto para ti y el verdadero éxito tenga lugar cuando seas capaz de rechazarlo.
¿Cuándo fue la última vez que te paraste a pensar qué es para ti el éxito? ¿De qué se compone hoy? ¿Qué necesitas hoy para sentirte una persona con éxito?
Te sugiero ahora que ampliemos nuestra mirada y observemos al éxito desde otro lugar.
¿Te imaginas cuales son los 5 grandes arrepentimientos de la gente antes de morir?
Una enfermera de cuidados paliativos, Bronnie Ware, observó que los arrepentimientos de sus pacientes terminales eran muy similares y a partir de su experiencia, escribió un libro: Top Five Regrets of The Dying, o los cinco grandes arrepentimientos de la gente moribunda. Los cinco arrepentimientos más repetidos son estos:
- Ojalá hubiera tenido el valor de vivir la vida que yo quería y no la que otros esperaban de mí.
- Ojalá no hubiera trabajado tanto.
- Hubiera querido expresar mis sentimientos
- Me hubiera gustado seguir en contacto con mis amistades.
- Ojalá me hubiera dado el permiso de ser más feliz.
Seguro que cuando lleguemos al final de nuestras vidas, la veremos con más perspectiva y realmente podremos valorar dónde invertimos la energía para conseguir nuestros objetivos, cumplir nuestros sueños y sentir que la vivimos con éxito.
¿Crees que es necesario esperar a ese momento?
Yo creo que verse y sentirse con éxito en la vida, no tiene tanto que ver con resultados felices y sí con saber que estás donde quieres estar en cada momento. En hacer lo que quieres hacer y tener claro por qué y para qué lo haces.
Yo creo que el éxito se consigue cuando nos atrevemos a mirarnos, revisarnos, a hacernos preguntas que posiblemente nunca nos hayamos hecho, valorar la posibilidad de bajar del tren en el que vas subido para arriesgarte a coger otro.
No es necesario esperar a nuestros últimos días de vida para revisar y cambiar nuestras vidas. Así que creo que el éxito se esconde detrás de nuestra responsabilidad a la hora de tomar decisiones, conducir y reconducir nuestras acciones, creencias y valores hacia ese lugar en el que hoy queremos estar.